Capacitación docente no tan decente
La capacitación docente es parte de nuestra labor como educadores, pero en torno a ella existen diferentes circunstancias que en muchas ocasiones provocan que no se realice como debería. En este artículo te comparto algunas de las experiencias que me hacen afirmar que la capacitación docente no es tan decente.
Lejos de la realidad...
Cuando egresé de la universidad, como todos, no tenía un trabajo muy estable ni “formal”; me dediqué a realizar suplencias no oficiales en una escuela primaria, y como en ese entonces muchos docentes se enfermaron de Chikungunya, iba con mucha frecuencia a atender a sus grupos.
Durante ese tiempo, mis ingresos eran muy bajos y tenía bastante tiempo libre, puesto que realmente mis responsabilidades no eran las de una maestra de grupo, así que investigué en la red sitios donde podía capacitarme de forma gratuita. Por consejo de una amiga conocí MéxicoX y mientras no tuve un trabajo formal como docente, estuve capacitándome y actualizándome en el área educativa. Después del periodo de suplencias, conseguí trabajo administrativo en un colegio, y en ese momento todavía tenía tiempo para estudiar y tomar cursos, ya que al llegar a casa el tiempo era totalmente mío.
Cara a la realidad
Un año después, empecé de manera oficial mi carrera como docente y me fui empapando de las tareas de esta noble labor, dentro de las cuales se encuentra la actualización. Sinceramente, no pensé que hubiese mayor inconveniente, puesto que me gusta estudiar y mejorar en mi desarrollo profesional, motivo por el cual no entendía las quejas de mis compañeros e incluso, internamente criticaba su actuar:
Profesor A: -Ayer, cuando llegué a casa , me puse a tomar el curso obligatorio que nos están exigiendo. Me di cuenta de que no puedo saltarme las páginas, así que tengo que ver todos los videos y responder todos los cuestionarios. Lo que hice fue reproducir el video y dejarlo correr mientras me ponía a hacer los deberes de la casa-.
Profesor B:-¿Ya resolviste los cuestionarios? pásame las respuestas por favor-.
Profesor C: -El maestro Armando me ayudó mucho, ya vez que estamos en periodo de evaluación y además nos exigieron el curso ese... Armado se ofreció a tomarlo por mí y ya está listo, ya me llegó la constancia-.
Al escuchar todo esto y siendo docente primeriza, me decepcioné mucho, sentí aversión por esas acciones. Sobre ese curso que estaba en discusión, logré terminarlo, pero sacrificando horas de sueño y de convivencia familiar. Meses después, entendí el actuar de los maestros, si no lo has entendido, te invito a imaginar el siguiente contexto:
Estás en periodo de planeación, implementación o evaluación, el estrés está al 100. Cumples con tu jornada laboral y te llevas a casa los pendientes que te quedaron por hacer, ya que no puedes parar, el tiempo lo traes encima: debes entregar planeaciones en dos días, no has diseñado tu presentación, la plataforma para subir calificaciones se cierra a la media noche.
Además de esto, al llegar a casa te das cuenta de que no te queda ropa limpia o de que es necesario ir al super a comprar despensa. Tus hijos se alegran de verte en casa, quieren platicarte su día o pedirte ayuda con su tarea. No has comido, te ruge la panza, te divides y decides darle tiempo a tu casa y a tu familia.
Después del beso de buenas noches, te sientas a la mesa del comedor, enciendes tu computadora y continuas con tus pendientes. Revisas tu agenda... ¡oh sorpresa! tienes un curso obligatorio pendiente. Tienes ganas de llorar por tanto, estás cansado, llevas días sin comer bien, todo a la carrera, te preguntas mil veces si estás en lo correcto. Después de desahogarte, agradeces estar bendecido por tener trabajo y agarras fuerzas para continuar. Buscas estrategias para tomar el curso y aunque no lo estás disfrutando, ni estás captando el contenido, ahí sigues, anhelando ver la notificación: has concluido.
Créanme que esta problemática la conocen muy bien algunas personas emprendedoras, al grado que la han visto como una oportunidad de negocio:
Se toman cursos de capacitación, solo nos das tus datos, pagas el 50% y cuando te entregamos la constancia, saldas el 50% pendiente.
Ojo: yo no apoyo para nada estas prácticas, prefiero saltarme o pasar rápido las dispositivas del curso, a pagar para tener documentos.
La capacitación como una carga administrativa
Es triste el saber que empezamos a ver la capacitación como un requerimiento administrativo y nos olvidamos de su importancia. Si no disfrutamos la capacitación, no aprendemos nada. Nos volvemos como esos alumnos que tienen nula motivación intrínseca y que solo hacen las cosas por pasar y que en ocasiones pagan para que otros hagan sus tareas y proyectos. Cuando pagamos por adquirir constancias, estamos ejerciendo un acto de corrupción.
Al respecto, puedo decir que no estoy de acuerdo en que la capacitación se vea como un trámite, no estoy de acuerdo en que sólo apretemos botones que nos permitan avanzar de una unidad a otra. No estoy de acuerdo en que dejemos los videos corriendo mientras hacemos otros deberes. No estoy de acuerdo en que se pasen las respuestas de los cuestionarios. No estoy de acuerdo, pero entiendo perfectamente la causa . Lo único que para mí, resulta intolerable es el pagar para que otros tomen el curso en bajo mi nombre.
Experiencia amarga
Se dice que cada año debes actualizarte y tomar varios cursos; del 2017 a la fecha llevo cinco, de los cuales solo dos he tomado a consciencia, costándome horas de sueño. El año pasado, para el examen de admisión al servicio docente en el nivel medio superior, se solicitó como parte de los requisitos, tomar un curso solventado por uno mismo (quienes no tuvieron el dinero para pagar, quedaron fuera del proceso). También se solicitó presentar constancias de las capacitaciones que se habían tenido hasta ese momento (cada curso debía de haber durado 20 horas como mínimo y tener menos de 3 años de antigüedad).
Los cursos, en total, representaron un 75% de la calificación para ubicarte en la lista de ordenamiento, el otro 25% lo obtenías comprobando tu experiencia docente. Yo solo pude alcanzar el 50% de calificación, puesto que de los cursos que había tomado solo dos cumplían con los requerimientos.
Después de esa amarga situación, empecé a anhelar que el día tuviese más horas para poder estudiar. Mientras tanto, solo me queda hacerlo en vacaciones, porque durante el curso escolar no hay momento. La agenda y el cuerpo no aguantan un pendiente más.
Deseos
Ojalá y que la exigencia en actualización por parte de las instituciones educativas públicas, se asemeje al sistema de las universidades autónomas y de algunas escuelas privadas, en las que la capacitación se contempla dentro de la jornada laboral en periodos destinados solo a estudiar, no en tiempos de planeación, implementación o evaluación. Ojalá y las constancias no se conciban como números, solo para decir falacias: “Tenemos al 100% de maestros capacitados, lo cual evidencia calidad en nuestra escuela”. Ojalá y los cursos de actualización realmente puedan ser disfrutados por los docentes y aprovechados para mejorar la práctica educativa, pero si se presentan como una carga administrativa sin brindar las condiciones de espacio y tiempo, no se logrará, a menos que sea un docente cuya única responsabilidad en su vida sea ser docente...
Capacitación docente no tan decente, texto e imágenes by Vania Cristina Pérez Couoh autora de Pizcas de docencia is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.
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