Ya no quiero ser docente… ¿Qué hago?
Hace unos años, platicando con una amiga, quien en ese momento se encontraba estudiando otra carrera después de titularse como licenciada en educación, me comentó que no estaba disfrutando la docencia, aun después de probar en dos niveles diferentes, motivo por el cual decidió iniciarse en otra área profesional. Esa plática se guardó en mi mente desde ese momento. Recuerdo percibir un gesto de frustración y tristeza, mientras afirmaba aquellas palabras. Con el paso de los años, al convivir con diferentes maestros, historias similares fueron apareciendo: renuncias a plazas por considerar muy pesado el sistema, el sueldo bajo y excesiva carga laboral. Compañeros sintiendo que pese a que aman enseñar, desean renunciar a diario por percibirse sumamente oprimidos por el sistema escolarizado. Muchos se frustran, pero continúan aunque emocionalmente se sientan consumidos. Otros, si está en sus posibilidades, renuncian y adquieren trabajos sin relación a la educación, pese a que le...